domingo, 22 de mayo de 2011

Día 36 (sí, sigue siendo 36).- Contando tu historia.

Nos habían presentado infinidad de veces. Viri era tu mejor amiga y había sido mi mejor amiga en la primaria, era ese tipo de amistades que duran para toda la vida, nos dejábamos de ver por meses y cuando nos veíamos de nuevo, retomábamos la plática como si sólo hubieran sido horas. Aurora era amiga tuya y para mí, mi mejor amiga-crush.
Cada vez que nos topamos en el centro o en cualquier otro lugar, nos presentaban. Yo nunca les dije "ya nos presentaron" porque la verdad es que siempre olvidaba tu nombre, tú tampoco decías nada, así que nos volvían a presentar. Y asi pasó el tiempo.

Cuando entramos a la universidad te vi. "Cómo se llama esta chava?" fue lo primero que pasó por mi mente, seguido de "¡¡No mames Nameless!! ¡Te la presentadon como mil veces!" pero no lo recordé, fue entonces que nos volvimos a presentar. "Hola, la verdad no me acuerdo de tu nombre" "ahh no te preocupes, yo tampoco, me llamo Beth" y creo que fue ahí cuando por fin tu nombre quedó registrado.

Nos llevamos muy bien desde el principio, tú sentido del humor y tu forma de ser tan mmm fría, tan reservada, tan poco cariñosa con el tiempo y muuucho trabajo se fue disminuyendo conmigo. Nos hicimos mejores amigas. Conocías a toda mi familia, sabías cómo funcionaba todo, si yo levantaba una ceja, tu sabías qué estaba pensando. Y yo pude conocerte, pero conocerte bien, de fondo, conocer toda tu historia, lo que te molestaba, lo que te asustaba, lo que querías, lo que soñabas. A todos lados íbamos juntas, conocimos a mil personas y pasamos miles de cosas. No había nada más agradable que valer madre contigo.

¿Recuerdas cuando te hice caminar y caminar no sé cuánto porque querías ir al acuario y yo juraba que quedaba cerca y estaba lejísimos? ¿cuando me acompañaste al ginecólogo y sostuviste mi mano? ¿cuando filmamos el video para la graduación de la Uni? ¿cuando nos fuimos con Sama a SJC? ¿cuando caminamos por tooooodo el malecón de mazatlán por haber llegado temprano y aún no poder entrar al hotel? ¿recuerdas la borrachera en casa de Dulce, cuando te quedaste dormida en el cine, el chifló vs chiflo, cuando compraste 5 refrescos y sólo éramos 4, cuando tuvimos que empujar tu carro a las 4 de la mañana por 3 cuadras porque se quedó muerta la batería, cuando fuimos a la playa y te cargué, el trabajo del love parade, tu pregunta insistente de "ya hiciste lo de Gorostieta?" y mi respuesta de "no mames! el trabajo de Goristieta!!", cuando te dio varicela y faltaste los primeros días, cuando yo andaba en muletas y no me estaba quieta, cuando tomamos el camión equivocado y nos tuvimos que ir caminando a mi casa, cuando terminamos en la casa del tipo que trabajaba en las pizzas, comiendo pizza natural y cuando terminamos en la casa de un suizo comiendo una botana japonesa? ¿Recuerdas nuestra primera nevada juntas en Nürnberg, cuando la señora del Tranvía nos dijo que tuviéramos cuidado pues la gente escuchaba?
¿Recuerdas? Tenemos tantos pinches recuerdos...
¡Me has costado tanto! No puedo superarte. Perder una amistad es igual o más fuerte que perder a tu pareja. Y más cuando se trata de tu mejor amiga.

Yo siempre pensé que sin importar lo que viniera, tú y yo seríamos amigas para siempre, si bien jamás me ha dado por planear y ver a futuro, daba por hecho de que sin importar el futuro que llegara a tener tú estarías en él, tal vez en otro estado, tal vez en otro país, pero que seguirías siendo parte de mi vida.
Fuiste quien me conoció por completo, quien secó mis lágrimas y quien siempre me hacía reir, aunque te costaba empezaste a decir cosas agradables y lindas, bajaste la guardia y dejaste que te abrazara y hasta en algún momento dijiste "te quiero" y por supuesto que cuando lo dijiste yo pensé que yo tenía una enfermedad terminal o algo así, porque ¡¿¡¿túúúúúú diciendo esas cosas!?!?
Por todo lo anterior y muchas cosas más que de momento no llegan a mi mente, tú decisión de alejarte en aquel momento me dolió tanto y me sigue doliendo.
Los años de amistad, las confesiones, ese lazo que creímos tan fuerte, se rompió, de la manera más absurda.

Por segunda vez te causaba conflicto la relación que yo tenía.
Sí, contigo era con quien me desahogaba, a quien le contaba todo, me viste deprimida, desesperada, enojada, hasta la madre, conocías bien mi relación, demasiado bien y eso, eso fue lo malo.
Llegó un momento en que no pudiste más. Y aunque hablamos, aunque intenté que las cosas se arreglaran, lo demás era más grande que tú y no pudiste.

"Sé que es algo que yo tengo que arreglar, que está en mí..."  "Pues cuando lo arregles me dices" pasaron meses y por lo visto, no habías arreglado nada. Siguió pasando el tiempo, en mi cumple ni siquiera me llamaste, ni me mandaste mensaje y sí, lo esperé pendejamente, pero no llegó. Días después en el tuyo, te mandé un mensaje, el cual no respondiste. Era evidente que las cosas se habían acabado. Lo máximo que habíamos dejado de hablarnos habían sido 2 meses, en esta ocasión ya eran 4 y se prolongó prácticamente un año.

Y a mí me estaba cargando la chingada.
Mi relación se estaba yendo a la fregada y yo me encontraba emocionalmente jodida, de lo más inestable y ya no tenía a quien recurrir, a quien contarle lo que estaba pasando. Sólo tú sabías ese secreto, que andaba con ella y toda la historia detrás (casada, con hijos) no es algo que se lo cuentes a cualquiera y yo me estaba ahogando.
Bendita sección amarilla, "D" Doctores, más páginas, psicólogos, y de tin marín de do pingüé... esta fue. Y empecé a ir a terapia.
El tema principal de muchas sesiones fue ella, mi relación, yo... pero cuando en el tema apareciste tú, me di cuenta lo mucho que me hacías falta.

Me llamaste a principios de 2010 para saber cómo estaba, tu llamada me tomó de sorpresa totalmente y contesté hasta entrecortando palabras. Dijiste que hablaríamos después y ese después nomás no llegó.

"Pasa cerca de su casa, si te nace ir y tocar a su puerta, hazlo"
Lo hice y no, no me nació.
Había pasado un año, un año ya sin hablarnos, sin comunicación, cuando antes mínimo nos veíamos una vez a la semana. Tenía que cerrar ese círculo y para hacerlo, te escribí.
Te mandé un correo, "No me despido porque la vida da muchas vueltas y además está llena de sorpresas, así que a lo mejor nuestros caminos se vuelven a encontrar, pero mientras eso pasa -si es que pasa- quiero que sepas que de corazón te deseo sólo lo mejor."Quería dejarte ir. Que te me salieras ya. Pero no funcionó.
Me escribiste por msn y quedamos de vernos 2 días después. Querías platicar conmigo.
Nos vimos en ese parque en el que tantas veces habíamos ido y tú comenzaste a hablar...

Me dijiste que desde hacía mucho que querías hablar conmigo pero que no te habías animado a llamarme porque pensabas que yo estaba my enojada y tenías un poco de miedo a mi reacción, que te gritara por ejemplo (pues qué no se supone que me conocías bien?) me dijiste que para ti también había sido difícil pues te habías quedado sin tu mejor amiga, que ahora sabías que no fue la mejor manera de reaccionar, pero que estabas viviendo una situación parecida a mi relación con tus padres y que te desesperaba ver que no podías hacer nada y que verme a mí en una situación similar, era demasiado, además de ver que no podías hacer nada para ayudarme, que ahora entendías que igual no se trataba de ayudarme, sino de estar ahí, pero que las cosas se habían dado así.
Yo te pregunté que si qué es lo que querías con esa plática, arreglar las cosas, simplemente hablarlo, retomar la amistad... me dijiste que te gustaría retomar la amistad a lo que yo te respondí que al hacerlo, ¿cómo sabía que no volvería a pasar de nuevo?, te dije que finalmente esta persona por la que te habías alejado, mi pareja, si bien ya no lo era, seguía siendo parte de mi vida y te pregunté que si cómo sabía yo que no volvería a pasar con alguien más. Me dijiste que no pensara en eso, que no tenía porque pasar de nuevo.
Las cosas se arreglaron, te di un abrazo y te dije que te extrañé y nos fuimos a caminar al malecón.

Lo que nos había ocurrido en un año lo resumimos en una caminata, yo te platiqué que me había acostado con mi ex-ex nomás por el mero placer y me dijiste que si por qué lo había hecho si yo sabía que ella aún sentía algo por mí. Te dije que porque las 2 éramos adultas y que ella sabía que no significaba nada serio, aún así me cuestionaste y de nuevo, juzgaste mi conducta, no te dije nada al respecto, tú dijiste que tú no lo hubieras hecho, yo no me iba a poner a darte explicaciones de nada. De nuevo actuabas como mamá cuando no ocupaba eso. Hablamos de otras cosas y no negaré que pasé un rato agradable, hasta nos fuimos a comer una nieve buenísima. Pero era momento de regresar así que te llevé a tu casa, tenía un chingo que no te llevaba a tu casa y sin embargo, todo seguía igualito. Detuve el carro frente a tu casa y te pregunté si tenías el mismo número de celular, me dijiste que sí. Te di las buenas noches y te bajaste del carro. Entraste a tu casa y me fui a la mía.

Esa fue la última vez que hablé contigo. Después de esa vez, nos volvimos a ver en la fiesta de la niña de Viri, pero ni siquiera hablamos, sólo nos saludamos y ya.

A todo se acostumbra uno y yo me había acostumbrado, después de un año a no buscarte. Y dejé de hacerlo. Ni tú me llamaste, ni yo lo hice y la verdad es que no nos hacía falta. Para mí algo irremediablemente se había roto.

Meses después me topé contigo, nos saludamos e intercambiamos como 3 frases y fue entonces cuando me di cuenta de que estabamos en mundos totalmente diferente, habías cambiado por completo y sentí ese abismo entre tú y yo, se me hizo increíble que hubiera sido contigo con quien dos años atrás tenía la amistad más chingona del mundo.

Hoy me mandaste una invitación por facebook para que te agregara, lo hice. Se ve tan raro que diga en mi muro "Nameless es ahora amiga de Beth." Porque no es cierto, no somos amigas, lo fuimos, fuimos las mejores amigas, tan lo éramos que muchas personas pensaron que éramos pareja, que cuando me ven aún me preguntan por ti y que no dudo que cuando te vean te pregunten por mí. Pasa con las amistades de esa
época de universidad, como con Michael que te preguntó por mí cuando te lo encontraste hace unos días.

Nuestra amistad se acabó.

Y te lo puedo decir, aún no te supero, hay días en que cómo me gustaría salir contigo y valer madre, simplemente sentarnos en la arena con un agua, tú de horchata o de cebada, yo de naranja y ver la gente pasar, caminar sin rumbo y conocer extranjeros, dormir en tu cama que era tan cómoda, ir a la playa, o al cine, salir a cenar y quedarnos 3 horas dentro del carro estacionado fuera de tu casa platicando...
Extraño tu compañía, extraño lo que fue, porque todo eso ya no existe.

Y sí, hay veces que quiero llamarte, escribirte, buscarte, pero me puede mas mi orgullo, yo ya te busqué, yo ya te escribí e intenté arreglar las cosas, recuerdas que te lo dije: "Beth, ya no estamos en la universidad, ya no nos vemos todos los días, si queremos que nuestra amistad siga adelante, las 2 tenemos que hacer algo o simplemente se va a acabar. A todo se acostumbra uno y no quiero acostumbrarme a estar sin ti." ¿Lo recuerdas?

Hoy me volvieron todos esos recuerdos.

No puedo creer que hayas sido tan inmadura, que hayas actuado así, que hayas mandado a la chingada tantos años de amistad, que me salieras con algo tan absurdo como el "no podía verte y saber que no podía ayudarte" si yo no te platicaba las cosas para que me solucionaras mis problemas, si tú lo único que tenías que hacer era escucharme porque con eso era más que suficiente. NO puedo creer que esperaras hasta que YO te escribiera para buscarme y que me salieras que te daba miedo mi reacción, como si fuera a gritarte, como si fuera a darte un chingazo, como si siempre actuara de manera violenta, no puedo creer que no sepas pedir perdón, que nuestra amistad te haya valido madres, que haya valido tan poco.
Sí, sí, sí, me duele! me duele saber que me equivoqué contigo, contigo por quien ponía las manos al fuego, que me salieras con algo así.
¡¡¡Aah!!!  Me da coraje saber que hay días como hoy que me puedes tanto. Me encabrona no haber tenido hermanos y haberte visto como si fueras mi hermana, sí, así de mamón. Me emputa equivocarme y salir lastimada por mi culpa.
Pero bueno, lo que no te mata, te fortalece. Y de todo esto aprendí muchas cosas. Gracias por todo, por lo que fue y por todas las veces que estuviste conmigo. Gracias por aquellos años de amistad.

No hay comentarios: