lunes, 13 de septiembre de 2010

Día 2. Concerned.

Estoy hasta la madre de la onda del Bicentenario y Centenario. No considero que tengamos absolutamente nada que celebrar.  Es como si quisiéramos hacerle una fiesta a una persona que cumple años pero que se encuentra en etapa terminal de una enfermedad muy muy grave y muy jodida. ¿No se les haría eso muy pinche? ¿Una verdadera mentada de madre?  y aún peor, es como si gastaramos un chiiiiiingo de lana en hacerle un fiestón loco, contratando una súper banda, un mega equipo de sonido, le compráramos un súper pastel de 8 pisos y así siguiéramos gastando a lo pendejo cuando todo ese dinero se podría invertir en encontrar una cura para esa enfermedad. ¿No sería mejor intentar aliviar a esa persona en lugar de pretender ser rete-buenas gentes con una fiesta mamona?

Me da tanta tristeza ver el país como se encuentra y me da tanto coraje que nos quieran responsabilizar, que nos digan cada país tiene el gobierno que se merece o que nos pidan que todos juntos luchemos contra el narco, contra la delincuencia y todas esas úlceras. Es verdad que en parte somos responsables, pero los que están en el poder son los que se encargan de seguirnos jodiendo, de hundirnos mas. Personas que en teoría tenían que haber visto por nuestros intereses porque fueron elegidos por la gente, ¡por nosotros! Pero no para que se enriquecieran a costa de nosotros, no para que se burlaran quitándole al que menos tiene para darle más al que ya tiene bastante.

Sé que no estoy diciendo nada nuevo, tenemos años muy mal, pero justo ahora, las cosas están horribles y ¡¿¡¿¡¿quieren festejar?!?!?! me indigno terriblemente.

Y me preocupa mucho lo que aún nos falte por ver, por vivir -bueno, eso considerando que el mundo pueda aguantar más tiempo, también nos lo estamos acabando- Veo a mis alumnos y me pregunto ¿qué les va a tocar a ellos? Yo no quiero que de ellos dependa el futuro, yo quiero que ya les demos un buen presente, que nos lo demos, porque nos lo merecemos.

Me preocupan sus actitudes, me preocupa que la tele los siga educando, que lo material se les de tan fácil, que sigan sin agarrar un libro. Me encantaría poder prender la luz en sus mentes, me encantaría que se enojaran, que se indignen terriblemente de las injusticias, de las propias y más de las ajenas, me encantaría que no simplemente se preocuparan por su país sino también por el mundo, me encantaría despertar conciencias, lo intento, cada dia, lo intento.

Sí, tengo fe en la gente, confío en que las cosas se pueden hacer. Hace falta otra revolución, otra independencia, pero esta vez no se necesitan las armas,ni que se derrame tanta sangre, sino un despertar de conciencias.

Yo no tengo nada que festejar, pero mucho por hacer.

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