Día 4. Redefiniendo

Voy a redefinir el concepto de amor porque gracias a ti ya no es el mismo.
Definiciones ha habido incontables por poetas, escritores, cineastas, ensayistas y tantos más. Y pensar que sus intentos han sido en vano.
Y pensar que yo, sin tener la mitad de la grandeza de varios, tengo ahora y para siempre la verdad de lo que es.
Llegaste tú con la definición más exacta, la que se encuentra en tus ojos, y sobre tu piel, la que brota con tu risa espontanea, con tu caminar sin prisa, con tu sonrisa que desarma...
Todas las palabras utilizadas para tan noble tarea, se desvanecieron en el acto cuando llegaste a mí. Tú. Con tu belleza que cautiva, que golpea y deja sin aliento, con tu cabello que danza al compás de tus movimientos, con tu espalda maravillosa, perfecta, que te lleva al mismo cielo sólo con observarla, con tu sensualidad que inevitablemente hace que bajes la guardia, con tu cuerpo hermoso, con tu olor que hipnotiza y tu sabor que embriaga, con tus besos que detienen el tiempo, que tienen el poder de minimizar aún más todo aquello que no es importante -y ¿qué puede ser más importante que tus besos?-, con tu abrazo que estabiliza el mundo. Llegaste con todo un mundo nuevo de sensaciones, de sentimientos, de colores, de matices, de vida.
Es necesario redefinir al amor a partir de ti. Pero el lenguaje limita y no existen palabras que lo puedan explicar. Serás tú entonces quien lo explique con cada paso. Tú quien llevará a todos lados tan hermoso concepto. Amor.